Dios nos creó con un propósito especial y nos dotó con las virtudes y cualidades necesarias para cumplirlo y en el cielo hay un diseño de cada uno de nosotros. Creo que en el plan de Dios está el que seamos felices, sólo que a menudo nos conformamos con mucho menos de lo que Él quiere darnos. Es momento de tomar lo que como hijos suyos nos corresponde y que comprendamos que no fuimos creados para solo subsistir sino para disfrutar aquí en la tierra de todas las cosas que Dios preparó para nosotros. Llegó el tiempo de que su voluntad sea hecha aquí en la tierra como en el cielo, es tiempo de levantarnos como hijos de Dios y comprender que fuimos Creados para mucho más.
Así que te invito a que juntos descubramos cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo.